Сuidado del cabello
El invierno se acerca, y con él, una etapa especialmente desafiante para el cuidado del cabello. Las bajas temperaturas, los vientos fríos y los contrastes térmicos pueden causar estragos en tu melena si no adoptas una rutina específica. Por eso, te compartimos las 10 reglas esenciales para mantener tu cabello sano, fuerte y brillante durante los meses más fríos del año.
Durante el invierno, el cabello sufre. La sequedad, el frío, la electricidad estática y la falta de nutrientes debido a la contracción de los vasos sanguíneos en el cuero cabelludo hacen que se vuelva más quebradizo, opaco y con tendencia a la caída. Pero con una rutina adecuada, puedes contrarrestar todos estos efectos.
Sequedad y puntas abiertas, provocadas por la falta de hidratación.
Electricidad estática, que daña la fibra capilar.
Sobreproducción de sebo, causada por cambios bruscos de temperatura, que ensucia y apelmaza el cabello.
Mayor caída capilar, debido al debilitamiento de los folículos.
Proteger la cabeza del frío es esencial. La exposición al viento, la lluvia y las bajas temperaturas no solo reseca el cabello, sino que también frena su crecimiento. Elige tejidos naturales como la seda para reducir la fricción y la electricidad estática. Un gorro de lana o piel, combinado con una bufanda de seda, puede ser la clave para mantener tu melena protegida y sin encrespamiento.
Secar el cabello completamente antes de salir es una regla de oro. El contacto del cuero cabelludo húmedo con el frío provoca vasoconstricción, lo que puede derivar en dolores de cabeza, tensión muscular e incluso caída capilar a largo plazo. Más vale dedicar unos minutos al secador que enfrentarse a estos problemas.
Durante el invierno, los tratamientos hidratantes y nutritivos no son opcionales. Incorpora en tu rutina productos con queratina, colágeno, proteínas de seda y ácido hialurónico, así como aceites naturales como el de argán, karité, coco o jojoba. Busca fórmulas con ingredientes antielectricidad estática como betaína o quaternium-80.
Evita el agua caliente, ya que reseca tanto el cuero cabelludo como la fibra capilar. La temperatura ideal es la ambiente o ligeramente tibia. Así mantendrás la cutícula cerrada, lo que se traduce en un cabello más suave, brillante y saludable.
Intenta evitar el uso excesivo del secador y las planchas. Si los necesitas, aplica siempre un protector térmico y utiliza la opción de aire templado o frío. La mejor opción siempre será dejarlo secar al aire, siempre que el tiempo lo permita.
Las sérums capilares son una excelente solución para el invierno. Sus fórmulas concentradas hidratan, reparan y protegen de las agresiones externas. Busca aquellas con siliconas ligeras, ceramidas, antioxidantes (vitamina C y E) y filtros UV. Aplícalas sobre el cabello húmedo o seco, sin aclarado.
Un cuero cabelludo sano es la base de un cabello fuerte. Masajea la zona con un cepillo específico o con los dedos para activar el riego sanguíneo y favorecer la absorción de nutrientes. Hazlo a diario, especialmente antes de dormir.
Una dieta rica en proteínas, ácidos grasos, vitaminas y minerales es fundamental. Incluye alimentos como huevos, pescado azul, frutos secos, aguacate, zanahorias y cítricos. La salud capilar empieza desde dentro.
En invierno, es habitual tener carencias de ciertas vitaminas. Apóyate en complejos multivitamínicos que incluyan vitaminas del grupo B, A, C, D, E, además de zinc, hierro y magnesio. Consulta con un profesional de la salud para elegir el más adecuado.
La calefacción reseca el ambiente, y eso también afecta al cabello. Un humidificador es una excelente inversión para mantener el nivel de humedad óptimo en casa, lo cual beneficia tanto a tu melena como a tu piel y bienestar general.
El invierno puede ser implacable, pero tu cabello no tiene por qué sufrir las consecuencias. Con estos 10 consejos, una rutina constante y los productos adecuados, tu melena puede sobrevivir —y brillar— incluso en los meses más fríos. Cuídate, mímate y luce un cabello espectacular, haga el tiempo que haga.